26 junio 2013

Juan Luis Martín Barrios: “La LOMCE ha puesto el hecho religioso en su sitio”



El pasado lunes comenzó la IX Escuela de Verano del ISTIC, sede de Tenerife, en La Laguna. El primer curso de esta escuela, La belleza de vivir la fe y el entusiasmo de su transmisión, está dirigido por Juan Luis Martín Barrios, director de Catequesis y Pastoral de la Conferencia Episcopal Española. Martín Barrios es licenciado en Teología Bíblica por la Universidad Pontificia de Salamanca y doctor en Teología Catequética por la Universidad Salesiana de Roma. Su formación, ocupación y sentido de Iglesia le hacen considerar la necesidad de la religión y la fe para la persona en el siglo XXI.

Vía⎪Diario de Avisos


-¿Sigue siendo la fe necesaria?

“Esta sociedad, con sus luces y sus sombras, necesita de Dios. El papa Francisco nos ha dicho recientemente que Dios está siempre dispuesto a perdonar y que es al hombre a quien nos cuesta más aceptar el perdón. Hay tres grandes regalos que el Señor nos hace cada día: el don del perdón, el de la fe y el de la vocación. El que moviliza todo es el don de la fe. Saber que allí donde estés, estés como estés, alguien te quiere, te empuja y te fortalece. Esto te da una capacidad de armonía interior que nada, ni nadie nos puede quitar. Se trata de responder al proyecto de Dios en nosotros. Incluso esto, en esta sociedad secularizada, tiene sus aspectos positivos. Se ha pasado, y es una realidad, de una sociedad española que iba al ritmo de campanario, donde se seguía el ritmo que le ponía la Iglesia en el siglo XX, a una sociedad del siglo XXI donde se vive indiferente a la fe. Se pasó por un ateísmo, por un agnosticismo y ahora por un momento, quizás, de indiferencia. Creo que este es el mejor momento para que los que somos creyentes vivamos contentos y contagiemos de esa gracia a quienes se muestran indiferentes ante la fe, porque es algo importante para la persona”.

-¿Y es también necesaria la asignatura de Religión?

“Sin duda es positivo que haya una asignatura de religión hoy en la enseñanza española. Es un derecho humano. Toda persona tiene derecho a ser educada en la religión que se le ofrece y con la moral correspondiente. La Constitución Española de 1978 también lo recoge. Es decir, señala que son los padres los primeros responsables en elegir el tipo de educación religiosa y moral que quieren para sus hijos. No es un privilegio de la Iglesia católica. Otras confesiones religiosas con raigambre en nuestro país también tienen este derecho. Estoy convencido de que es necesaria, porque a través de la enseñanza religiosa, que no es el privilegio de la Iglesia, sino el derecho de la persona, se ofertan al alumno itinerarios sobre los que apoyar su vida. La religión en el marco de la escuela no busca hacer campaña sobre la fe, sino descubrir el saber del hecho religioso, que ayuda y constituye los valores de la experiencia humana. Cultivar la fe es cuestión de la familia y de la parroquia. En la escuela se da la cultura religiosa. Quien quiera estudiar Religión Católica es de libre opción hacerlo para los alumnos y para los padres. Un gobierno no puede decir que todo el mundo es libre y no posibilitar los caminos de la libertad. La nueva ley, la LOMCE, lo que ha hecho es poner el hecho religioso en su sitio”.

-¿Ha descendido el número de catequistas en España?

“Ahora estamos cerca de la experiencia que vivió la Iglesia de los siglos IV y V. En el siglo XX vivíamos a la sombra, como dije, del campanario. Hoy vivimos como un poco a la intemperie. Estos momentos son semejantes a aquellos siglos, donde era necesario el catecumenado, donde se invitaba a hacerse cristianos, hoy lo llamamos iniciación cristiana, donde lo que aportamos es conjugar cuatro verbos: conocer, celebrar, vivir y orar. Cuando un joven o un adulto descubren el regalo de la fe, ahondan en conocerlo mejor. Intenta vivir con una vida moral, alternativa muchas veces a la sociedad de hoy. Eso ayuda al hombre de hoy a vivir unificado y fortalecido, frente a tanta dispersión y superficialidad, aprendiendo a vivir desviviéndose por los demás. Aunque parezca contradictorio, en una sociedad que parece tan superficial, pero que nos da algo maravilloso, el don de la vida, son más los jóvenes que se acercan buscando algo que les explique el sentido de esta vida, y lo encuentran en Cristo. Parece ilógico, sin embargo sucede así, hallan en la fe lo que buscan y se ofrecen para realizar un servicio que es el de catequistas en las parroquias. Ahora, más que la cantidad, lo que necesitamos es seguir formando para lograr que el conocimiento del hecho religioso les sea cada vez más amplio, y puedan formar con más conocimiento. Los jóvenes se acercan y llevan el mensaje a otros”.

-¿Son los jóvenes por tanto el presente y futuro de la Iglesia?

“Ese es el mensaje que nos dejó Juan Pablo II, que los jóvenes son muestra de la fe viva, la esperanza y la alegría de la Iglesia. Mensaje que recogió Benedicto XVI y que retoma también el papa Francisco. Prueba de ello han sido los JMJ, el último, el celebrado en Madrid, y las previsiones para el que se llevará ahora a Brasil son igualmente positivas. Es evidente que si los jóvenes se siguen acercando a la Iglesia, eso quiere decir que la fe es necesaria para esta sociedad. Las JMJ están suponiendo el que muchos chicos y chicas se cuestionen sobre su identidad humana y cristiana”.